Este artículo quiere poner el acento sobre la necesidad del utilizo consciente de productos naturales para el cuidado personal.
Sustancias que provocan contracciones uterinas
Aquí encontramos los llamados agentes oxitócicos, de los cuales el más conocido es la oxitocina, los alcaloides del cornezuelo del centeno, la quinina y los aceites esenciales volátiles apiol y sabina y otros menos importantes; dentro del grupo de abortivos de origen vegetal más usados por ser los más conocidos desde el principio del siglo XX tenemos:
Perejil (Petroselinum sativum).
Su principio activo el apiol se empleaba como diurético desde la antigüedad, pero también posee acción contráctil sobre la fibra uterina, análoga a la de los alcaloides del cornezuelo del centeno; era el abortivo químico más importante de su época junto con algunos alcaloides.
Sabina (Juníperos sabina)
Planta muy conocida por sus efectos abortivos; fue citada en sus escritos por Catón y Plinio. De ella se extraía un aceite etéreo, el Oleum sabinae de sabor picante y de acción convulsivante, cuyo principio activo el sabinol de acción irritante muy intensa, se absorbía fácilmente por las mucosas y se eliminaba por las vías respiratorias y urinarias dando a la orina el característico olor de su esencia.
Tujón
Aceite etéreo derivado de los terpenos; constituye el principio activo de algunos abortivos como el tanaceto (Tanacetum vulgare), el ajenjo (Artemisia Absinthium), la salvia y otros de acción más leve como el árnica, la ruda, el romero y el azafrán. Las hojas y tallos del tanaceto se empleaban como antihelmínticos y en infusión como abortivo.
Nuez moscada
Muy utilizada como abortivo en Inglaterra y parte de Europa, pulverizada y mezclada con cerveza. Posee el aceite de miristicina, también contenido en el perejil, altamente tóxico y de acción oxitócica.
Artemisa absinthium
Es otra planta que contiene un aceite esencial tóxico, la absintina y un alcaloide, la absotina, que provoca hiperexcitabilidad, nefritis y paro respiratorio.
Tanaceto
Las hojas y tallos del Tanacetum vulgare se empleaban como antihelmíntico, lo mismo que su aceite el Óleum tanaceti y en infusión como abortivo.
Hierbabuena
La Menta pulegium era el abortivo más usado en América, cuyo principio activo, una cetona, el pulegón tiene acción convulsivante y produce colapso cardiovascular, arritmia cardíaca, enfriamiento generalizado y pérdida del conocimiento.
Romero salvaje (Ledum palustre)
Sus hojas se añadían a la cerveza para aumentar su acción embriagadora; contiene un aceite (alcanfor de ledum) que actúa localmente como irritante y resortivo produciendo abortos. Su acción tóxica produce excitación y parálisis de los centros nerviosos, convulsiones, congestión y edema de la cara, vómitos, meteorismo y respiración estertorosa.
Helecho macho (Aspidium)
Su rizoma contiene el ácido filícico y otros esteres butíricos muy tóxicos por lo cual se usaba como abortivo. Originaba gastroenteritis, trastornos nerviosos, ceguera por acción sobre el nervio óptico y hemólisis con alteraciones cardíacas y renales. Hasta mediados del siglo XX, el extracto etéreo de helecho macho se empleó como antihelmíntico en forma de cápsulas con el nombre de quenopodio. Según Sollman, el Aspidium ya era conocido y mencionada su acción como abortivo por Plinio, Galeno y Dioscórides y lo mismo podría decirse de la sabina y otros.
También adquirieron fama como abortivos el laurel rosa, el aceite de madera de Cedro y la esencia de trementina (bálsamo resinoso de los pinos silvestres).
Azafrán
Constituido por los estigmas del Crocus sativus desecados de color rojo pardo e intenso olor aromático, era un abortivo bastante conocido, sumamente tóxico, teñía de amarillo la piel y las mucosas, simulando un cuadro de ictericia intensa.
Otras sustancias conocidas por su acción catártica, cuando se administraban a determinadas dosis tenían efecto abortivo, pero también acción tóxica, como el aceite de ricino, el aloe, el podofilino y el aceite de crotón.
Bibliografía
Colombia Médica Vol. 33 Nº 2, 2002,
El aborto inducido. Una visión histórica de su manejo
Manuel Antonio Artuz, M.D.1, Humberto Restrepo, M.D.2
1. Profesor Titular, Departamento de Obstetricia y Ginecología, Escuela de Medicina, Facultad de Salud, Universidad del Valle, Cali.
2. Profesor Asistente, Departamento de Obstetricia y Ginecología, Escuela de Medicina, Facultad de Salud, Universidad del Valle, Cali.