Los aceites esenciales pueden influir en el comportamiento a través de los sistemas nervioso central o endocrino.
Los compuestos volátiles pueden entrar en el torrente sanguíneo por diferentes vías: cutánea y respiratoria principalmente.
Un mecanismo farmacológico implicaría la especificidad de la sustancia, un concepto que encajaría bien con los resultados descritos por Yagyu, donde cada aroma produce un patrón único de influencia en los dominios cognitivos evaluados.
Además, la investigación neuro farmacológica ha proporcionado información sobre los posibles modos de influencia de diferentes sustancias de origen vegetal que pueden ser muy importantes aquí. Específicamente, Wake y sus colegas encontraron que “variedades de salvia y melissa poseían actividad acetilcolinica, nicotínica y muscarínica en preparaciones homogeneizadas de membranas de células corticales humanas.
El vínculo entre el sistema colinérgico y la memoria está bien establecido, y puede ser que el romero también posea tal actividad colinérgica y también se ha demostrado que la lavanda actúa post sinápticamente”.
Se sugiere que el enlace “modula la actividad del monofosfato de adenosina cíclico (cAMP) (Lis-Balchin & Hart, 1999).
Una reducción en la actividad de cAMP está asociada con la sedación, una relación causal que se ha establecido para los efectos del cannabis.
Es posible que la lavanda produzca efectos sedantes por la misma vía, pero con menor intensidad”. (Moss, 2003)
Bibliografía: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/12690999/